20090309

NAVARRETE-NÁJERA

Portada cementerio de Navarrete.

Amando nos cuenta peripecias de su vida.

Nos rodean viñedos de "tempranillo".

Santi, nuestro perro mascota durante un rato.
Atención de un vecino hacia los peregrinos..........

........ agua y descanso a la sombra. Se agradece.

Claustro de Santa María la Real.

La talla de la leyenda.

Panteón Real.

Detalle de una tumba.

Laderas del río Najerilla.



31 de agosto, domingo: (Navarrete – Nájera)


Al quedarnos en Navarrete caminaremos hoy unos pocos kilómetros menos y no pasaremos por la bonita zona de ocio de La Grajera, a la salida de Logroño, y que tanto me gustó la vez anterior que estuve por aquí. Tampoco por el pantano del mismo nombre, cerca del cual, 17 km al sur, está Clavijo, donde tuvo lugar la célebre batalla entre las tropas de Ramiro I de Asturias y Abderraman II en el año 859, y en el que la leyenda hizo aparecer a Santiago Matamoros a lomos de un caballo blanco.

Miguel y Paco se van sin desayunar y Antonio, Julián y yo volvemos al centro del pueblo para hacerlo en el bar que hay junto al albergue oficial. Allí vivimos el drama de un peregrino suizo al que le habían robado la bicicleta que dejó atada en la puerta del albergue, durante la noche, porque no tenían lugar para guardarla. Al pobre hombre se le había terminado el viaje.

Salimos del pueblo por la zona del cementerio, cuya portada y ventanales proceden del antiguo hospital de peregrinos de San Juan de Acre del s.XII, y que han sido trasladados piedra a piedra. Caminamos entre viñedos de “tempranillo” parándonos a charlar un rato con Amando, el propietario de los terrenos donde nos encontramos, de setenta y muchos años, que está reparando el sendero ayudándose de un pequeño tractor. Nos relata las cuitas del lugar, circunstancias de su vida y familia, cómo las grandes compañías han ido acabando con los pequeños productores de vino, etc. Resulta reconfortante hablar con un luchador sobreviviente que transmite energía pese a la edad y circunstancias.

Pasamos junto a varias bodegas que están cerradas por ser domingo y nos llama Miguel, que va delante con Paco, indicándonos el desvío que hay que hacer para encontrar el bar donde están almorzando. Cuando llegamos ellos ya se han marchado, pero ha valido la pena desviarse porque hay buena materia: revuelto de pimientos del piquillo, jamón con pimientos fritos, jamón con queso al horno, tortillas variadas, ……, o sea, que nos recuperamos perfectamente de la caminata.

Continuamos andando pesadamente y, más adelante, bordeamos un pequeño cerro llamado Poyo de Roldán, donde la leyenda sitúa la victoria del caballero Roldán frente al gigante sirio Ferragut, que había hecho prisioneros a los mejores guerreros de Carlomagno. Seguimos entre viñas por camino bueno y a veces áspero acercándonos a Nájera. Paramos en una zona de descanso muy cuidada y con una buena fuente. Al poco travesamos un vertedero donde encontramos un pequeño perro muy cariñoso, que está perdido porque lleva un collar antiparásitos con placa identificativa, lo acaricio y se une al grupo acompañándonos unos cuantos kilómetros, lo llamo “Santi”. Cruzamos una carretera y llegamos a los arrabales de Nájera (Naxara en árabe, que significa entre peñas), ciudad que alcanzó su esplendor cuando Sancho el Mayor la convierte en capital del Reino de Navarra y hace pasar por ella el Camino de Santiago. Nos adentramos en la ciudad hasta llegar al otro lado del río Najerilla, donde se encuentra el albergue. Se trata de un edificio-nave, prefabricado y muy funcional, que se apertura en 2004 cuando se empezó a habilitar como parador el antiguo edificio de piedra que está junto al Monasterio de Santa María la Real. Nos inscribimos y nos vamos a comer a un mesón donde Paco y Miguel han reservado, luego nos ducharemos.

Una vez comidos, lavaditos y bien descansados, toca “tourné” por el casco antiguo de Nájera, desembocando en Santa María la Real fundada en 1052 por el monarca Don García, que la convirtió en panteón familiar, en torno a una cueva donde la leyenda indica que el rey, estando de caza, encontró una talla de la virgen alumbrada por una lámpara y con una terraza de azucenas a sus pies. Visitando el complejo del monasterio y viendo su historia, puede uno percatarse de la gran importancia militar, económica y cultural que esta plaza ha tenido a lo largo de los siglos, desde la Prehistoria hasta la Guerra de la Independencia.

Próximos a Nájera se encuentran también los Monasterios de San Millan de la Cogolla, el de Suso y el de Yuso. En el segundo (Yuso) descansan los restos de San Millán, patrono de Castilla, y de aquí salieron las Glosas Emilianenses, escritas por el monje Gonzalo de Berceo, primer documento conocido de la lengua castellana, hoy depositado en la Academia de la Historia. No podemos desplazarnos a visitarlos porque es domingo y no hay transporte.

Tras salir de Santa María, continuamos el paseo hasta el río que nos ofrece las verdes y tentadoras praderas de césped de sus orillas para tumbarse, pero elegimos, allí mismo, la terraza de una cafetería para tomar unas cervezas mientras se hace la hora de la cena. Nos acompañan los cuñados Paco y Eusebio, de Alhama de Murcia, que hemos conocido en la visita a Santa María, y con los que congeniamos enseguida por su carácter afable y abierto. Tras una agradable y dilatada plática, marchamos a cenar al restaurante El Buen Yantar uno de sus buenos y consistentes menús del peregrino. Luego un relajante paseo hasta el albergue y, tras el correspondiente tratamiento de las ampollas, al catre y a roncar tocan.

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