20090309

SAN JUAN DE ORTEGA- BURGOS

Esta mañana hace más fresco del habitual.

Atapuerca a tiro de piedra.

Alto de la sierra de Atapuerca.

Llegada a Burgos. Foto de recuerdo con el peregrino impasible.

Un buen sueñecito reparador.

Estatua ecuestre de El Cid.

Catedral de Burgos.

En lo alto del crucero la suntuosa linterna o cimborrio.

Tumba del Cid Campeador y su esposa Doña Jimena.

Escalera dorada.

Rosetón.

Capilla de los condestables.

Claustro superior sin restaurar.

Claustro inferior restaurado. Se aprecia la diferencia.


Hasta siempre amigos.




4 de septiembre, jueves: (San Juan de Ortega – Burgos)

Al levantarnos salta la alarma. Hemos dormido con compañía: las chinches. Son enormes y las hay por todas partes. Al parecer estaban en las mantas y creo que me he salvado porque no he usado esa prenda. El hospitalero no está aún, pero le dejamos varias notas para que fumigue.

Nos vamos sin desayunar hasta Agés donde tomamos un refrigerio. Continuamos a Atapuerca que cruzamos sin detenernos, enseguida encontramos una fuerte pendiente de 2 km llena de piedras que nos lleva a lo alto de la Sierra de Atapuerca, donde hay una gran cruz en medio de una explanada. El descenso es pronunciado y muy pedregoso, mis pies me insultan, están destrozados. Menos mal que a partir de aquí casi todo es asfalto hasta Burgos. ¡Hay que ver! el año pasado despotricaba por el exceso de asfalto en el camino Portugués y este año clamo por él. La suela de mi calzado se ha degradado y las piedras se me clavan hasta el paladar.
Empieza a chispear y vamos pasando por lugares como Cardeñuela, Orbaneja, Villafría, ….. Ya diluvia, así que paramos un rato en un bar y aprovechamos para almorzar-comer los productos de la tierra regados con cervecita fría.

Aunque no ha parado todavía, la intensidad de la lluvia es menor y reanudamos la marcha. Caminamos por el arcén de una carretera secundaria muy amplia y con poca circulación, evitando el trazado del Camino totalmente embarrado. Llegamos bastante mojados al barrio Gamonal, a las afueras de Burgos, y ante nosotros la salvación: un autobús que nos puede llevar al centro de la ciudad. Desde allí paseo hasta la catedral y justo detrás, en la calle Fernán González, el magnífico albergue Casa del Cubo y de los Lerma, situado en un edificio restaurado del siglo XVI del que se ha conservado la fachada e inaugurado en agosto (exactamente el 08-08-08), hace pocos días. Se trata de un lugar moderno y muy práctico. Varias plantas con ascensor pueden albergar hasta 100 peregrinos y dispone de lavadoras, acceso a internet y una zona común bastante amplia. Se ha cometido el error de utilizar madera en las puertas correderas de las duchas y ya están tan hinchadas y deformadas que casi no se pueden mover.

Como nos vamos ya para casa hoy no hay colada, así que tras la ducha y la siesta, visita guiada por una de las más famosas catedrales del mundo, cuya primera piedra fue colocada por el rey Fernando III el Santo en 1221, tardando tres siglos en terminarse y en la que se encuentra, entre otros monumentos y tesoros, la tumba del Cid y el no menos famoso Papamoscas, apodo de un artilugio del s.XVI que marca las horas.

Gestionamos el alquiler de un coche para mañana, compramos la tradicional morcilla de Burgos para llevar a casa y también la degustamos en alguno de los bares del entorno, luego cenamos en La Parrilla de la Llana, establecimiento que nos recomiendan y que tiene un buen menú del peregrino por 8 euros. Paseo por los alrededores de la catedral y regreso al albergue para despedirnos de los muchos compañeros de viaje con los que tantos buenos ratos hemos compartido y a los que recordaremos con afecto, aunque no volvamos a encontrarnos. Bastantes de ellos terminan aquí su periplo por este año y regresan a casa como nosotros, bueno menos Miguel, que empezó con problemas en un tobillo pero ha ido de menos a más, y se encuentra tan en forma que va a continuar unos días hasta Frómista o Carrión, de allí marchará a Santander. Ya nos contará. El resto volvemos a la terreta, a nuestras obligaciones y hábitos cotidianos, aunque ya vamos perfilando la ruta para el año que viene.

Ultreia et suseia

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